A Juan Bustos Marchant y a todos los hermanos que persisten en la memoria de este lazo.
Desde la memoria nació nuestra Logia.
Camilo Henríquez la intuyó en su aurora.
Vino de Valparaíso, espíritu de inmigrantes.
Fue higos viajando en carabelas.
Misteriosa tribu de Dan.
Hermandad más allá de creencias.
Fue levantada sobre el poder de los libros.
Es fuego en voces del Liceo.
Viva flor en Escuela Normal.
Amor de humanidad en los hospitales.
Barcos cargados de esperanza.
Tolerancia aprendida con tanta sangre.
La encontramos en el Uno que nos mira.
Horas de sol sobre la tierra.
Seres que rompen sus tumbas.
Teoremas y frases de Pitágoras.
En 1916, fue invocada desde el espíritu.
Un crisol de hombres la asentó en este valle
y supimos nacer desde ella
aquí en el plano de los abrazos
vasto espacio de libertad
templo instalado en nuestras almas.
Esta madre nos cobijó en su tibieza
hermanos y herramientas nos dio
invitó a escuchar y decidir
ejercitar el silencio
convertir ruido en música
vivir con luz y prudencia
ensayar y corregir cada día.
Crecimos con la ciudad
Nos ocupó la escuela primaria
Educación de Obreros
Universidad Popular
Colonias Escolares
Adolescentes en problemas.
Pianos y violines entre los niños.
Cada hermano buscó caminos de justicia.
Construyó salud y belleza.
Alzó industrias y edificios.
Hizo del respeto un axioma.
Acertamos mucho y fallamos con estrépito.
Pero insistimos en romper nuestros defectos.
Ir más allá de la honestidad común.
Compartir espíritu y bienes.
Honrar nuestra luz en cada incidencia del viaje.