Desde que en diciembre de 1974, la Logia Francisco Vergara
de Viña del Mar resolviera sortear el receso estival con ágapes en pleno toque
de queda, ha persistido en nuestra
ciudad esta entrañable tradición.
Ahora, durante enero y febrero, al menos
martes y jueves, hermanos de nuestros talleres y otros provenientes de todos
los confines de la tierra, acuden a nuestra
casa de calle Viana 553 con el fin de renovar el fuego de la fraternidad,
compartir abrazos, copas y comidas.
Así, las noches de verano mantienen libaciones de
Melquisedec y se estrecha el lazo universal que nos une.